Las escenografías de María son como acertijos, todo está a la vista aunque siempre se nos escapa algo. Sus fotos exigen una mirada atenta y juguetona. María nos confunde en pocos metros cuadrados y hace que las paredes dejen de ser límite para convertirse en telón. María está a puntito de leer su tesis doctoral sobre máquinas poéticas y artefactos. La queríamos en Estrada, la tenemos.
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